"Las palabras forman el hilo con el que tejemos nuestras experiencias." Aldous Huxley
Explica
magistralmente Anthony Robbins en su libro "Controle su destino" que
las palabras
que adscribimos a nuestra experiencia se convierten en nuestras experiencia. Por lo tanto debemos elegir conscientemente las palabras que usamos para describir nuestros estados emocionales, o corremos el riesgo de sufrir un mayor dolor del que está realmente justificado o apropiado, ya que las palabras se utilizan literalmente para representarnos lo que es nuestra experiencia de la vida. En esa representación alteran nuestras percepciones y sentimiento, Por ejemplo, tres personas pueden sufrir la misma experiencia, pero una de ellas la describe diciendo que se siente furiosa, la otra dice que siente enojo y la tercera se siente molesta, es evidente que las sensaciones se han visto cambiadas por la "traducción" que cada persona ha hecho de ellas al etiquetarlas con una palabra. Como quiera que las palabras son nuestra principal herramienta para la interpretación o la traducción, la forma en que etiquetamos nuestra experiencia cambia inmediatamente las sensaciones producidas sobre nuestro sistema nervioso. Las palabras tienen, de hecho, un efecto bioquímico. Los lingüistas han demostrado que estamos culturalmente configurados por nuestro lenguaje. Las palabras que utilizamos habitualmente afectan nuestra forma de evaluar las cosas y, por lo tanto, nuestra forma de pensar |
Las
palabras configuran nuestras creencias y ejercen un impacto sobre
nuestras acciones.
Pero también estas creencias también pueden transformarse por medio de las palabras. Fíjate en la diferencia que existe entre decir: "me siento deprimida" y "no estoy en mi mejor momento"; o entre decir: "estoy perdida" y "estoy buscando una salida"; y otro ejemplo, entre decir: "estoy enferma" y "estoy sanándome". |
¿Significa
esto que no pueda estar deprimida, perdida o enferma? Por supuesto que
no.
En ocasiones, las emociones negativas son necesarias y pueden ser muy útiles para
expresarnos, reflexionar y emprender una acción diferente.
En ocasiones, las emociones negativas son necesarias y pueden ser muy útiles para
expresarnos, reflexionar y emprender una acción diferente.
Pero
de lo que se trata es que esas emociones negativas se conviertan en una
herramienta
útil en lugar de paralizante. De manera que, aunque la experiencia que nos produce esa
emoción no cambia, el uso de palabras distintas para describirla produce una ruptura de nuestras
pautas emocionales habituales, y entonces todo cambia.
Utilizar un vocabulario que rompa las pautas que no nos aportan recursos, que nos haga
sonreír, produce sentimientos totalmente diferentes, cambia nuestro estado de ánimo y nos
permite hacernos preguntas más inteligentes para emprender acciones que nos produzcan
los resultados que buscamos.
Piénsalo esta semana, y cuando empieces a sentirte, por ejemplo, nerviosa, utiliza la expresión
"llena de energía desbordante", o si estás triste, en su lugar usa: "estoy clasificando mis pensamientos".
útil en lugar de paralizante. De manera que, aunque la experiencia que nos produce esa
emoción no cambia, el uso de palabras distintas para describirla produce una ruptura de nuestras
pautas emocionales habituales, y entonces todo cambia.
Utilizar un vocabulario que rompa las pautas que no nos aportan recursos, que nos haga
sonreír, produce sentimientos totalmente diferentes, cambia nuestro estado de ánimo y nos
permite hacernos preguntas más inteligentes para emprender acciones que nos produzcan
los resultados que buscamos.
Piénsalo esta semana, y cuando empieces a sentirte, por ejemplo, nerviosa, utiliza la expresión
"llena de energía desbordante", o si estás triste, en su lugar usa: "estoy clasificando mis pensamientos".
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