Cambiando las creencias: Resilencia.

18miércoles,de

Vivimos toda nuestra vida llenos de creencias. Pensamientos que heredamos a través de nuestra interacción con el ambiente, nuestra educación, modelos cercanos que nos indicaron la manera en la que teníamos que vivir, sentir, pensar, maestros, programas de televisión, cine, lectura, etc.
Creencias que en muchos casos nos ayudan a sobrevivir y que son nuestra carta de presentación ante los otros: amor por nuestra familia, el duro trabajo, la amistad con nuestros amigos. Estas creencias nos mantienen en el camino correcto para vivir, hacen que nuestra vida tenga sentido. Son nuestro motor, nuestro impulso diario, son nuestra última meta en la vida.
Pero como nuestro cerebro es caprichoso y a veces poco avispado, se deja engañar y se acomoda en creencias que hacen que suframos y estanquemos nuestras vidas.
Miedos, depresiones, adicciones, bloqueos mentales, obstáculos duros que nos ocurren en la vida, hacen que nuestro cerebro adquiera esas creencias tan nocivas y tóxicas que afectan a nuestra calidad de vida y a nuestro sistema nervioso.

Y, ¿por que ocurre esto?, por la forma en que nos comunicanos con nosotros mismos y con esas tóxicas creencias. Pongamos un ejemplo. Todos conocemos a gente que ha pasado por duros momentos en sus vidas, nos hemos sorprendido y hemos admirado la capacidad de sacar un lado positivo de ese varapalo que la vida les mandó. Se adaptaron y su vida resultó ser igual de rica e incluso mejor que cuando ocurrió ese duro golpe. Muchas veces porque en su infancia tuvieron modelos que les inculcaron creencias positivas. Esto es tremendamente útil ya que se ha demostrado que las personas que han vivido en ambientes con una carga de positivismo y riqueza no económica sino emocional y cultural tienden a sobreponerse mejor a los duros revéses de la vida.

¿Y las demás personas que no tuvieron esos modelos?. En algunos casos han perdido su rumbo pero en otros casos encontraron modelos en deportistas, profesores, lecturas, experiencias, etc.
Nuestras creencias pueden cambiar, podemos volver a rehacer nuestras vidas. Somos un lienzo ilimitado donde podemos volver a pintar o reescribir nuestra vida. El pasado es pasado y el futuro es una vaga ilusión, sólo existe nuestro presente. Si cambiamos nuestras creencias nuestra vida será mucho más rica, llena de matices y con nuevas oportunidades.

Nuestro diálogo interior cambiará y cualquier obstáculo de la vida puede ser enriquecedor.
Si todavía no queda claro te invito a leer un libro magnífico que te cambiará la vida: Los patitos feos: la resilencia, una infancia feliz no determina la vida. Su autor es Boris Cyrulnik:
Nació en el seno de una familia judía. Su padre fue ebanista que se alistó en la legión. Durante la Ocupación, sus padres le confiaron a una pensión para evitar ser detenido por los alemanes, pensión que lo terminó trasladando a la Asistencia Pública francesa. Posteriormente, fue adoptado por una institutriz bordelesa, Marguerite Ferge, que lo escondió en su casa, en Rue Adrien Baysselance. Pero, durante una redada policial, fue llevado por la policía con otros judíos a la sinagoga de Burdeos. Llegó a esconderse en los baños, evitando otras redadas, pues la policía conducía a los judíos a la estación de Saint Jean para ser deportados. Un día que se encontraba fuera de la sinagoga, una enfermera lo llevó oculto en una camioneta. Después comenzó a trabajar como mozo de granja con un nombre falso, Jean Laborde, poco antes de la Liberación de Francia. Sus padres, deportados, murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la contienda fue recogido por una tía en París. Estas experiencias lo motivaron para estudiar psiquiatría.
Hoy es Director de estudios de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Sud-Toulon Var y responsable del equipo de investigaciones en otología clínica del Hospital de Toulon.
Sus trabajos le han permitido desarrollar el termino resilencia. 

La resilencia sería el renacer del sufrimiento. Volver a nacer depués de haber pasado por una situación dramática de nuestras vidas. Esa situación dramática deja de serlo por ese cambio en nuestras creencias. Se activa en nuestro cerebro un estímulo, un disparador que se encontraba dormido y nuestra vida vuelve a encaminarse a tener sentido y todo ese sufrimiento se transforma en algo por lo que vivir.

Para finalizar os dejo con un documental maravilloso. Nos enseña que no hay obstáculo que no podamos vencer y que a través de la adaptación, la superación, nuestro cambio de creencias y la resilencia nuestra vida puede ser feliz. Tomaros unos minutos y verlo, os ayudará tanto como lo hizo en mí.

 

 


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