Nunca te rindas

Todos pasamos por etapas y retos muy duros a lo largo de nuestra vida. Cuando todo parece que va bien la vida que es caprichosa y nunca nos avisa, nos manda un problema o un duro revés.
Es en ese momento donde no debemos desistir. Debemos seguir adelante pase lo que pase.
Pondré como metáfora a un leñador experimentado. Trabaja con dureza talando árboles y lo hace a la perfección.
Pero un día su hacha se rompe o no está bien afilado. ¿Entonces que hace?, ¿Desiste de todo el duro trabajo que le ha costado adquirir el conocimiento y ser un profesional?.
No, se toma un tiempo hasta que el hacha esté afilada y lista para volver al trabajo.
Eso somos nosotros en algunos momentos de nuestra vida. Somos leñadores que debemos de darnos un tiempo para volver con nuestro hacha afilada.
Si la vida te ha dado un duro revés, te han diagnosticado una dura enfermedad o te has quedado en el paro no te rindas nunca, lucha con todas tus fuerzas. Aprende, disfruta de tu familia y sobre todo vive.
Vive cada momento de tu vida como si fuera el último.
Por motivos personales conocí a una persona que me enseñó la mayor de las lecciones de la vida.
Yo me encontraba en el hospital con un familiar enfermo. En la cama de al lado se encontraba un hombre cuya actitud me llamo la atención. Era bastante evidente que su estado de salud era bastante malo. Pero su actitud era positiva y sus ganas de vivir se contagiaban.
En el tiempo que pude hablar con él cuando visitaba a mi familiar me contó que tenía cancer.
Al principio se lo tomó muy mal. Su vida hasta ese momento había sido muy dura. Había trabajado mucho para conseguir todo lo que tenía y ahora la vida le había dado este duro revés.
Entonces yo le pregunté como era capaz de llevarlo tan bien. Y él me respondió: A veces la vida te pone estos retos y no puedes rendirte. Si he luchado mucho por conseguir lo que tengo. Mi trabajo, mi familia...
Pero no puedo darme por vencido, pues quiero seguir teniendo todo por lo que luché y además quiero vivir. Esta etapa de la vida es un obstáculo más. Además puedo disfrutar de mis nietos, de mis hijos, de la lectura y de mi mujer. Este soló es un punto y aparte. No es un punto y final.
Cuando esto pase seré más sabio, habré estado más tiempo con mi familia y habré aprendido que vivir es eso Vivir, con la parte buena y la parte mala.
Sé que se curó y que siguió con su vida. Hace mucho tiempo que no nos vemos pero hablamos por teléfono.
Por eso no te rindas. Lucha. Nada ni nadie puede ni podrá detenernos. 
Tomate tu tiempo, afila el hacha y vuelve con más fuerza.

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